Castellano
Lorenzo Silva
Castellano es un monumento literario de complicada calificación.
Lorenzo Silva
Lorenzo Silva, en el momento de su brillante epílogo, que bien podría haber llamado “ensayo final” por su profundidad conceptual y anchura reflexiva, se centra en hacernos saber sus intenciones al abordar esta obra: “Hay historias, como la de los comuneros de Castilla, que abren la puerta e incluso arrastran a otros tipo de exploración, más incierta y más falible, pero a la vez más imperiosa, que no es otra que la del arte y que en este caso apuesta por el azaroso artefacto de la literatura”. Y añade: “Por eso opté por el discurso y la narración que dan forma a este libro”. Y eso es exactamente Castellano, un relato con cuerpo de ensayo y alma de novela que ambiciona con un empeño delicioso prendarnos de elementos para entender quienes somos todos aquellos que soñamos en la lengua de Cervantes y cuanto aquellos fueron presa de la influencia de aquel Ingenioso Hidalgo manchego.
Lorenzo Silva nos expone con lenguaje admirable el origen, desarrollo y desenlace de las Comunidades de Castilla y la revolución que abanderaron, despuntando el siglo XVI español. Pero la intención no es expositiva, como sería propio de un ensayo histórico: selecciona los hechos relevantes para trascender su intención, la de descifrar el legado que esos hechos transmitieron la España actual y al mundo hispanohablante, un levantamiento social asentado en fundamentos que sirvieron de inspiración a posteriores movimientos intelectuales y políticos, y que desemboca en la España democrática de nuestros días.
Desde las ruinas de San Pedro de Arlanza, desde los páramos donde se han borrado las huellas de aquellas personas que impulsaron la voz de la rebeldía contra el césar recién encumbrado, como Padilla o María Pacheco, el autor transforma el amargo sentimiento de desolación en hallazgo, el de los rasgos definitorios del espíritu de aquellas gentes que, a riesgo de afrontar el fracaso, la humillación y la muerte, eligen el camino de hacerse oír, de ejercitar sus derechos. ¿Qué mejor contribución podría servirnos el autor en la ardua labor de entendernos, en el marco de la España democrática que hoy disfrutamos?
Paseando algunos de los pueblos abandonados de Castilla Lorenzo Silva nos da un soplo de energía positiva. “Algo le invita a uno a no dejarse arrastrar a la desesperanza ni la melancolía. Porque hay que haber sido mucho para acertar a seguir siendo, cuando prácticamente no se es ya nada”. Castellano es una obra completa, adentra al lector en el conocimiento de los hechos históricos, con la maestría de un historiador (que el autor insiste en afirmar que no es), y el ensayo reflexivo con los pies bien asentados en nuestra actualidad. Es un viaje a pie por aquellos senderos que nos hicieron ser quien hoy somos.