lobos de la memoria
Son lobos de la memoria vencida
estas sombras de garganta aventada
que empujan con encendida mirada
el tragaluz de mi ventana herida.
Pupilas de una luz que fue sonata,
que fue pentagrama y fue pergamino
de las notas carmín de mi camino,
de las plumas de la nieve y de la plata.
Silban voces en huellas silenciadas
la llama irracional donde crepitan
las hogueras de los nombres pronunciadas.
Ayeres por las venas me palpitan
con las manos abiertas, descarnadas,
ayeres que mis sienes deshabitan.