Reseña al poema No es tarde ni demasiado temprano
Recibo con enorme gratitud la reseña del escritor y amigo Santiago García, que transcribo a continuación.
Mi estimado amigo de letras Feliciano González,
Al leer tu poema post-conmemorativo, se percibe la sensibilidad con la que articulas la cotidianidad y la memoria histórica, creando un espacio donde lo personal y lo colectivo se entrelazan. Desde el inicio, al evocar a J.A. Valente y su imagen del “sillón vacío”, estableces un tono de reflexión pausada que invita al lector a situarse en el presente mientras observa la resonancia de acontecimientos pasados y celebraciones que forman parte de la memoria cultural compartida.
Tu obra capta con precisión la ambivalencia de los días conmemorativos: la mezcla de solemnidad y rutina, la tensión entre la participación en lo público y la experiencia íntima del individuo. Las imágenes del café, de las pantallas digitales, de los desfiles y de los gorriones que aparecen y desaparecen recuerdan que la vida se despliega en capas simultáneas de percepción, memoria y emoción. La descripción de cómo el “amargor del café araña lúdico la garganta” es un ejemplo magnífico de cómo un acto cotidiano refleja con profundidad el estado interior del poeta y, a la vez, se conecta con la historia y la tradición.
Me impresiona la manera en que enlazas hechos históricos con la experiencia personal, como en la evocación del aventurero italiano que cruzó el océano, convirtiéndose en almirante y virrey, pero sin prever los desfiles conmemorativos siglos después. Este paralelismo entre historia y presente genera un efecto de reflexión crítica, donde la ambición y el ingenio humanos se ven contrastados con la trivialidad de las celebraciones modernas, mostrando la ironía del tiempo y la fugacidad de los logros frente a la memoria colectiva y los gestos cotidianos que los perpetúan.
Asimismo, el poema resalta la percepción del paso del tiempo y la experiencia otoñal: la impaciencia del otoño, la acumulación de años y la rutina que acompaña cada ciclo estacional, que se entrelazan con el ritmo de la ciudad y los actos conmemorativos. La tensión entre el deseo de participación —tomar fotografías, salir a la avenida— y la decisión de quedarse escribiendo refleja una conciencia poética del tiempo que no se limita a lo cronológico, sino que abarca lo emocional y lo reflexivo.
Tu estructura narrativa, con frases largas que fluyen en un ritmo conversacional, y la alternancia entre la narración histórica, la observación urbana y la introspección, permite que el lector sienta simultáneamente el pulso de la ciudad, la densidad del pasado y la ligereza de los detalles cotidianos. Cada fotograma de la vida, como mencionas, se convierte en un microcosmos de sentido: lo aparentemente simple —un gorrión, un café, un desfile— se transforma en un vehículo para la reflexión sobre la existencia y la memoria histórica.
La capacidad de tu poema para combinar el detalle íntimo con la dimensión histórica y la observación social genera una experiencia lectora rica y multifacética. La voz poética no solo narra, sino que observa, reflexiona, crítica y celebra la simultaneidad de lo trivial y lo trascendente. La decisión final de volcarse a la escritura, en lugar de sumarse al desfile, subraya la autonomía del poeta y su compromiso con la introspección, señalando que el arte y la contemplación pueden ofrecer una visión más profunda que la mera participación en rituales externos.
En conclusión, tu poema logra equilibrar lo cotidiano, lo histórico y lo poético, generando un espacio de reflexión donde el lector puede conectar con la fugacidad de la vida, la riqueza de la memoria y la profundidad de la experiencia personal frente a los acontecimientos colectivos. “No es tarde ni es demasiado temprano” se convierte en un lema que guía la obra: un recordatorio de que siempre es posible observar, reflexionar y crear, integrando la historia, la memoria y la sensibilidad individual en un ejercicio de escritura que invita a detenerse, mirar y pensar sobre nuestra propia relación con el tiempo, la historia y la experiencia humana.
Santiago García
Escritor y crítico literario
Salamanca, 13 de octubre de 2025
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